miércoles, 30 de septiembre de 2009

Tras ‘La Olmeda’, ‘Tamárica’



Este documento fue escrito por Javier Castrillo y publicado en el Diario Palentino, en fecha 28 de septiembre de 2009, así como en su edición digital. (Pincha aquí para acceder a él)

Tras ‘La Olmeda’, ‘Tamárica’

Empezó siendo El Castro de la Loma, cuando se descubrió en el 2003, pero los últimos hallazgos arqueológicos del 2007, fecha en que incomprensiblemente se pararon las investigaciones, hacen pensar que, en realidad, este asentamiento cántabro no fue otro que la capital del pueblo tamárico, la buscada y mítica Tamárica.
Según manifestaciones del que fuera su excelente jefe de excavaciones: el doctor en Protohistoria y Arqueología, Eduardo Peralta -ahora condenado al ostracismo por oscuros intereses políticos- «la magnitud del hallazgo nos hace pensar que este oppidum (ciudad fortificada) tiene todas las trazas de haber sido la capital de la zona en la Edad de Hierro, hace más de 2000 años». En opinión del experto Peralta, «para su construcción y fortificación fue precisa la participación de miles de personas y se cree que debía disponer de su propia necrópolis». Si consideramos que las Fuentes Tamáricas, ubicadas en Velilla del Río Carrión, se hallan a escasos kilómetros de Santibáñez de la Peña, donde aflora el yacimiento, no hacemos sino reforzar esta tesis. Evidentemente, en los tiempos prerromanos no podían coexistir dos ciudades cercanas de tanta relevancia para una misma comarca, y nos encontramos precisamente en el corazón del territorio tamárico.
También para su destrucción, a manos romanas, fueron precisos unos 7.000 hombres, entre legionarios y partidas auxiliares, como corroboran los campamentos con que rodearon el oppidum para su asedio y posterior asalto en la campaña militar contra los cántabros, dirigida en parte por el propio emperador César Augusto, entre los años 29 y 19 antes de Cristo. Esto da una idea de la importancia estratégica de esta posición y explica que, también por referencia del doctor Peralta, sólo en lo poco que se ha excavado, «haya aparecido -entre otros muchos y valiosos hallazgos- la colección más importante de flechas (600) del mundo romano, seguida muy de lejos por alguna colección de Siria». Hay que destacar que entre los ocho tipos de flechas encontradas, dos de ellas serían únicas de este lugar.
Y ahora vienen las preguntas:
¿Cómo es posible que este yacimiento, cuna de nuestros ancestros y de vital importancia histórica para Palencia, haya entrado en la lista roja del Patrimonio por su estado de abandono y grave riesgo de expolio? ¿Cómo es posible que aún no haya sido declarado por la Junta, al menos, BIC (Bien de Interés Cultural) -petición que hizo el propio Peralta hace más de dos años- por peregrinas justificaciones administrativas? ¿Cómo se ha permitido que una eminencia en la materia, como lo es Eduardo Peralta (presidente del Instituto de Estudios Prerromanos y de la Antigüedad y Director del Proyecto Guerras Cántabras) haya tenido que abandonar sus espléndidos trabajos de investigación en este yacimiento sólo por hacerlo bien -adelantó su propio dinero para mantener las excavaciones- y denunciar las irregularidades que se estaban produciendo desde la Dirección de Cultura del Gobierno de Cantabria, cuyo responsable le negó el acceso a nuestros restos arqueológicos, depositados allí por él mismo para su estudio y catalogación en el Taller de Restauración en Seco del Museo Marítimo del Cantábrico de Santander? ¿Por qué nuestra Junta, a través del director general del Patrimonio Cultural, en lugar de reclamar la titularidad de nuestros restos arqueológicos, que aún siguen retenidos en Santander, según Peralta, amenaza a éste con expedientarle si mantiene su postura beligerante…?
Hay una valiente carta del doctor a la Junta, colgada en Internet, donde se detallan estos hechos. Leedla, no tiene desperdicio para vergüenza de todos, ajena en el caso de quienes sufrimos la inoperancia y prepotencia de algunos cargos públicos.
Y en estas situaciones y momentos, toca llamar a las puertas de nuestra Diputación, que es quien mejor entiende y apoya las necesidades y oportunidades provinciales de desarrollo en este sentido, como ha demostrado con su apuesta millonaria para la reapertura de La Olmeda, que ha supuesto ya la cuadruplicación del turismo en la comarca saldañesa y una referencia cultural internacional de nuestra provincia.
Desde estas tierras norteñas, estamos seguros de que el presidente Martín tomará cartas en el asunto para que Tamárica goce nuevamente del esplendor -Centro de interpretación, Museo Arqueológico, Fiesta tamárica, Simulación del asedio, etc.- que tuvo en la Edad de Hierro y se convierta en el recurso turístico-cultural más importante de la zona occidental de la Montaña Palentina, tan necesitada, por otra parte y desde hace ya mucho tiempo, de que le echen un cable para salir a flote. Se trata de la historia de Palencia, de nuestra memoria. Otras comunidades soñarían con hallazgos de este tipo, no les echemos de nuevo tierra encima.